Las cosas avanzan rápido. Más rápido, inclusive, que nuestra capacidad de comprensión. Y es que, cada día que pasa, llevamos los límites de lo posible un poco más allá. Seguramente esta reflexión preliminar se puede aplicar a variados campos (la biomedicina, la astrofísica, la electrónica, etc.). Lo cierto es que la respuesta del Derecho, y más específicamente en lo que me afecta el Derecho Administrativo, a esos cambios suele ser mucho más lenta. La Administración pública ha perdido en buena medida el liderazgo que la caracterizó hasta el pasado siglo y hoy la innovación, sin perjuicio de relevantes ejemplos en el campo público, se encuentra liderada por el mundo privado.
Leer más